miércoles, 29 de septiembre de 2010

El perro que predecía la muerte.


Hace unos meses publiqué una entrada sobre Oscar, el gato que vivía en un geriátrico y predecía la muerte de los enfermos. Como siempre, a poco que uno investigue, descubre que en España hemos tenido algo parecido con mucha más antelación. Menudos somos. Tú descubres, tienes o haces algo, pues nosotros lo mismo más dos huevos duros. La única diferencia es que en España el gato Oscar hubiera terminado sus días de otra forma, digamos... menos poética.
Quizás como Moro.
Al parecer, allá por los comienzos de los años 70, en el pueblo cordobés de Fernán Núñez apareció un buen día una mezcla de pastor alemán, de color negro, desaliñado y delgaducho, con un desagradable ojo blanco en la cara (alguna secuela de enfermedad o accidente). Nadie supo cómo ni cuándo llegó. Algunos afirmaban que fue abandonado por unos camioneros en un bar de carretera cercano. Otros que lo vieron por primera vez debajo de un olivo, junto al cadáver de un vagabundo que pudo ser su amo. Sea como fuera, una anciana del pueblo le proporcionaba comida y agua en la puerta de su casa y Moro pasaba los días como cualquier perro. Una noche Moro estuvo aullando frente a la puerta de la casa y al día siguiente, extrañado por su comportamiento, el alguacil entró en la casa y encontró a la mujer muerta. El perro estuvo durante todo el velatorio gimiendo y aullando frente a la puerta y cuando la transportaron a la iglesia y después de ésta al cementerio, se colocó entre el féretro y la comitiva de familiares y vecinos. Toda la noche la pasó velando el cuerpo.
Días o semanas después el perro volvió a montar un gran escándalo de aullidos frente a la casa de una joven gravemente enferma. Esa noche la chica murió y el perro hizo lo mismo que la vez anterior, acompañando al féretro hasta el cementerio y la Iglesia.
La historia llegó a repetirse, según cuentan, hasta 600 veces. No había entierro al que no asistiera Moro. Si era de vecinos del pueblo, actuaba de la misma forma. Con antelación acudía a la casa y después hacía todo el recorrido fúnebre. Incluso cuando traían al fiambre de otro pueblo para enterrarlo allí, Moro se plantaba ese día en la carretera de entrada y esperaba que llegara el coche de la funeraria.
Lógicamente la gente del pueblo empezó a acusarlo de mal fario y tenerle miedo. Hacían lo imposible para que no se acercara a sus casas e intentaron echarlo del pueblo. En dos ocasiones algunos vecinos lo metieron en camiones sin que sus conductores lo supiesen. La primera vez terminó en Granada y la segunda en Ciudad Real. Las dos veces volvió a los pocos días por si mismo.
Algunos buscaban explicación a este comportamiento y decían que Moro acudía por el bullicio de la gente, buscando comida, etc. Pero resulta que nunca se portaba así cuando habían bautizos, comuniones o bodas. Este hecho no solo llamó la atención de los habitantes de la población cordobesa, sino que fue también noticia en la prensa internacional. La televisión alemana hizo un reportaje sobre tan singular animal, y varios periódicos nacionales, como en la revista semanal "El Caso" o en el "Diario de Córdoba" dedicaron espacios en sus páginas para comentar el extraordinario suceso.
Mucha gente seguía aterrorizada con la presencia de Moro. Todos menos la señora Carmela que fue la que le puso el nombre y lo cuidó durante años. Carmela lo acogió tras la muerte de un familiar, en agradecimiento a la compañía que le proporcionó en esos duros momentos.
Un día avisaron a la señora Carmela de que había un perro como Moro cerca de "el Llano de las Fuentes", aullando de dolor. Cuando llegó, encontró al animal agonizante. Le dió agua, le refrescó y abrazó, pero Moro murió. Según cuentan, unos familiares de un niña pequeña muy enferma que murió, lo apalearon cuando Moro esperaba frente a la casa aullando como siempre. Otros dicen que fueron unos jóvenes borrachos los que acabaron con su vida. Era el año 1983.
Moro fue enterrado junto a unos muros cercanos a una huerta. Al poco tiempo esos muros se derrumbaron y cayeron sobre su tumba a modo de mausoleo.
Doce años tras su muerte, el artista Juan Polo realizó una escultura que se encuentra en el Parque de las Fuentes, en homenaje a tan singular perro.
Aún hoy hay quien dice que cuando un lugareño es enterrado, por la noche se escuchan aullidos por todo el pueblo.

martes, 28 de septiembre de 2010

Perros míticos II- GELERT

Beddgelert (que significa La Tumba de Gelert) es un pueblo en las colinas de Gwynedd, al noroeste de Gales, justo al sur de Snowdon. Fue descrito como "una docena casas grises... apiñadas en paisaje majestuoso de la montaña". Este pueblo, le debe su fama a la legendaria historia del Príncipe Llewelyn de Gwynedd y su perro Gelert.
Según una versión del cuento, el príncipe Llewellyn se aleja de su casa familiar en Abergarwan al escuchar el ruido de una cacería, dejando a su pequeño bebé sólo bajo el cuidado de su noble galgo, Gelert, que había sido regalo del Rey Juan de Inglaterra. Mientras Llewellyn estaba lejos, entra un enorme lobo que amenaza con comerse al niño, pero Gelert se da cuenta y lucha con bravura con el terrible animal. Gelert recibe varias dentelladas del lobo, pero no ceja en el intento de vencerlo. Es tan fuerte la pelea que golpean la cuna y esta cae al piso con el bebé adentro. Al final Gelert cierra su hocico alrededor de la garganta del lobo hasta matarlo. Finalizada la batalla, el valeroso perro arrastra suavemente al bebé hasta una esquina de la casa y, herido y lleno de sangre del lobo muerto, se queda cuidando al bebé que vuelve a quedarse dormido.

Cuando Llewellyn vuelve, se le hace raro que su fiel perro no lo recibiera. Entra a la vivienda y se encuentra con la habitación llena de sangre, la cuna del niño volcada y el hocico de Gelert rojo por la sangre, por lo que piensa que el perro ha matado a su hijo y, en un arrebato de ira, saca su espada y la entierra en el corazón del perro. El noble animal, sin oponer resistencia a su amo, emite un aullido de dolor, lo que despierta al bebé dormido en una de las esquinas de la vivienda. Llewellyn se acerca y ve más allá de la cuna volcada a su bebé sano y salvo. Cerca de ahí, el cuerpo del lobo yacía sin vida. Cuando descubre la verdad y lo que había hecho, el remordimiento le invade y regresa con su fiel perro. Lo abraza y sus lágrimas se mezclan con las del animal. Gelert lame su mano como una manera de expresarle a su amo que lo perdonaba y, con un corto gemido, murió. Destrozado en su corazón Llewellyn entierra a su perro con gran ceremonia como las que se hacen a los grandes héroes del reino, en una tumba. Es esta tumba por la que el pueblo es famoso. Cuenta esa misma leyenda, que el otrora risueño príncipe Llewellyn, jamás volvió a sonreír.

En el lugar donde Llewellyn enterró a su perro. Se levantan hoy dos lápidas con sendas inscripciones, una en galés y otra en inglés:

GELERT'S GRAVE

IN THE 13TH CENTURY, LLEWELYN, PRINCE OF NORTH WALES, HAD A PALACE AT BEDDGELERT. ONE DAY HE WENT HUNTING WITHOUT ANSWERED BY A CHILD'S CRY. LLEWELYN SEARCHED AND DISCOVERED HIS BOY UNHARMED BUT NEAR BY LAY THE BODY OF A MIGHTY WOLF WHICH GELERT HAD SLAIN, THE PRINCE FILLED WITH REMORSE IS SAID NEVER TO HAVE SMILED AGAIN. HE BURIED GELERT HERE. THE SPOT IS CALLED BEDDGELLERT GELERT "THE FAITHFUL HOUND" WHO WAS UNACCOUNTABLY ABSENT. ON LLEWELYN'S RETURN, THE TRUANT STAINED AND SMEARED WITH BLOOD, JOYFULLY SPRANG TO MEET HIS MASTER. THE PRINCE ALARMED HASTENED TO FIND HIS SON, AND SAW THE INFANT'S COT EMPTY, THE BEDCLOTHES AND FLOOR COVERED WITH BLOOD. THE FRANTIC FATHER PLUNGED THE SWORD INTO THE HOUND'S SIDE THINKING IT HAD KILLED HIS HEIR. THE DOG'S DYING YELL WAS

lunes, 27 de septiembre de 2010

Perros con historia. Héroes perrunos

LAIKA
La perrita Laika, precursora de los vuelos tripulados de los astronautas, fue enviada al espacio a bordo del Sputnik 2 el 3 de noviembre de 1957, un mes después del lanzamiento del primer Sputnik y 3 años antes de que el primer astronauta humano surcara el espacio. Yuri Gagarin, al que le correspondió tal honor dijo “Aún en día, no sé si yo soy “el primer hombre” o “el último perro” en volar al espacio”. Humor ruso o canguelo.
Laika era una perra que vivía en las calles de Moscú y fue entrenada durante años para viajar a lo desconocido; se la seleccionó de entre otros perros por sus requisitos físicos (peso inferior a 6 kg., y 35 cm. de altura) así como por su resistencia.
Los científicos rusos pensaron en un perro callejero acostumbrado a luchar diariamente por su supervivencia como el mejor candidato para superar los entrenamientos y realizar la prueba final del vuelo espacial. Laika superó con nota los mismos exámenes y pruebas que luego se aplicarían a los humanos.
La suerte de Laika estaba echada, la perra nunca volvería a pisar la Tierra ya que la nave no tenía módulo de retorno y sacrificaría su vida para demostrar la resistencia de los humanos en condiciones de ingravidez.
Laika viajó en una cabina con un arnés para combatir los efectos de la ingravidez, bebió agua a través de unos dispensadores e ingirió alimentos en forma de gelatina. La perra se cree que sobrevivió alrededor de 5-7 horas, tiempo suficiente para ascender y entrar en la orbita terrestre; estos datos no se conocieron hasta 2002, ya que, originalmente se informó que Laika falleció a la semana de la expedición, sin usar el supuesto paracaídas que la traería de regreso a la tierra.
El Sputnik 2 se destruyo el 14 de abril de 1958 al entrar en contacto con la atmósfera. Laika fue el único perro enviado al espacio sin sistema de retorno. La URSS realizó entre junio de 1951 y septiembre de 1962, 29 vuelos espaciales con perros, terminando ocho en tragedia y el resto de los perros regresaron con paracaídas y con máscaras de respiración y trajes espaciales.


OWNEY

Hace más de 120 años los trabajadores de la oficina postal de Albany, Nueva York, encontraron un paquete muy particular. Era un cachorro de perro, de raza indeterminada, del que nadie supo nunca cómo llegó allí. El perrito fue adoptado por los trabajadores y terminó durmiendo sobre las sacas del correo ferroviario. Pronto comprendió que se estaba muy agustito entre los trenes, donde se protegía del frío invernal neoyorkino. No obstante esto tenía ciertas desventajas. Cada vez despertaba en un lugar diferente al ir acompañando las sacas de correos. Pero no importaba lo lejos que estuviera el destino, Owney terminaba siempre de vuelta en la oficina de Albany. Los mismos trabajadores le pusieron un placa identificativa; "propiedad de la oficina de Albany, N. Y". El perro comenzó a tener muy buena fama, no sólo por su carácter afable y simpático, sino porque durante todos esos viajes, ningún tren sufrió accidentes o atracos. En las oficinas a las que llegaba, tomaron las costumbre de ponerle una medallita o sello que indicaba el destino al que había llegado. Se calcula que durante toda su vida acumuló alrededor de 1020 medallas, estampillas de correos y otras identificaciones. Lo curioso también fue que no sólo se limitó al territorio de los EEUU, si no que subió también en barcos de vapor y llegó a conocer Asia y Europa.

A pesar de su amabilidad y simpatía murió en 1897 por una herida de bala. Accidente o no, nadie lo supo. Pero tantos años en el servico de correos, información acumulada, contactos, viajes nacionales e internacionales, etc., seguro que le crearon muchos enemigos y alguno pensó que se podría ir de la lengua.....

Owney embalsamado en el museo de la historia de correos. Podemos apreciar la chaquetilla que lleva, repleta de estampillas de correos y medallitas.



BALTO Y TOGO.

He aquí una historia interesante en la que la fama, el mérito y el honor se lo llevó el que menos esfuerzo hizo. Como la vida (humana) misma.

Ambos perros, de raza Husky siberiano, participaron en la impresionante hazaña que supuso transportar las miles de dosis necesarias para salvar a la población (sobre todo niños) de Nome, en Alaska de una terrible epidemia de difteria.

La historia comenzó a principios de 1925 cuando en el hospital de Anchorage se recibió un mensaje urgente advirtiendo de la gravedad de dicha epidemia y de la necesidad de recibir de manera urgente las vacunas y medicamentos necesarios para atajarla. El problema era que entre los dos núcleos de población (Nenana y Nome) había unos mil kilómetros de distancia y en esa época del año la nieve y las tormentas habían inutilizado cualquier vía de contacto. Se elaboró el único plan posible que consistió en enviar la medicación en una expedición de trineos tirados por perros especializados. 20 Mushers y 150 perros partieron con las medicinas. Liderando al grupo se encontraba TOGO, un perro ya famoso por su fuerza, velocidad y resistencia. Había ganado diferentes carreras y competiciones y se le encomendó el liderazgo del grupo. Togo llevó la expedición muy cerca de su objetivo a pesar de las condiciones tan adversas, pero poco antes de llegar debido a un desplome de hielo en uno de los ríos que debían cruzar, quedó cojo de una pata. Entonces el mando de la manada se le dió a BALTO, un perro de segunda fila, bastante lento y poco apropiado. Los últimos 80 kilómetros fueron muy penosos y difíciles. El guía se perdió debido a las ventiscas, pero Balto supo orientarse y consiguió llegar a Nome con las medicinas. Al ser el primero en entrar al pueblo recibió todo el mérito y se convirtió en un héroe nacional. Hoy en día su estatua se encuentra en el Central Park de Nueva York y su hazaña ha producido hasta películas de dibujos animados. Togo quedó cojo para siempre y cuando murió en 1929 su cuerpo fue embalsamado y llevado a un museo en Vermont donde se le sigue admirando.

A la izq., Balto y a la derecha Togo con su entrenador Seppala


Otro héroe de fama internacional fue BARRY.


Ha sido sin duda el perro de rescate más famoso de la historia. Vivió en el hospicio de San Bernardo (de ahí el nombre de la raza), entre 1802-1814, ayudando a los monjes a socorrer a los viajeros extraviados por su gran destreza en la nieve y su gran sentido de la orientación. Se cuenta que salvó la vida de un niño enterrado en la nieve y que volvió subido a sus espaldas.



En el monumento dedicado a Barry hay una inscripción que forma parte de la leyenda de este perro; "Salvó la vida de 40 personas y fue muerto por la 41". Al parecer, la última persona que intentó salvar lo confundió con un lobo cuando se acercaba y lo mató de un disparo.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Perros míticos e históricos

Desde la antigüedad han existido animales que han acompañado a hombres ilustres o han sido ellos mismos personajes destacados en la historia.
Ya Homero relataba que Vulcano forjó un perro de bronce para ofrecerselo a Zeus y a su vez, el Dios de dioses se lo ofreció a Europa, hija del rey de Fenicia, para cortejarla y obtener sus favores. No tenía morro Zeus. Le regalan la estatuilla y él la vuelve a regalar para ver si la moza caía en su regazo. Tacaño y caradura.

El mismo Homero nos descubre a Argos, el perro de Ulises. El pobre chucho fue el primero en reconocer a su dueño cuando volvió a Ítaca y al instante murió de alegría. O de viejo rematao, porque según la leyenda el periplo de Ulises duró 20 años.

La mujer de Sócrates, Jantipa, hizo inhumar a su perro en un promontorio junto al mar. Desconozco si el perro influyó algo en las teorías de su amo o si la mujer hizo lo mismo con el cuerpo de su marido o lo dejó tirado como un perro.

Soter fue otro perro famoso en la antigüedad. Era uno de los 50 perros guardianes de la ciudad de Corinto y cuando fue atacada consiguió alertar a la población. Los otros 49 perros murieron defendiendo la ciudad. Los habitantes erigieron un monumento en su memoria y Soter fue honrado, pensionado y puesto bajo la protección de la ciudad. En definitiva fue el más listo. Mientras que los otros permanecieron luchando, éste salió corriendo y se salvó.

Alejandro el Grande recibió de su tío un cachorro de perro de los llamados molosos. Una raza introducida en Grecia desde Oriente (Jerjes ya llevaba en su cortejo animales de este tipo), tan grandes como los mastines actuales o más. Perita, que así se llamaba, acompañó al macedonio durante toda su campaña hasta que murió casi al final de esta, en la India, durante una incursión defendiendo a su amo. En una de sus muchas azañas o imprudencias (según se mire) se lanzó él solo contra un montón de enemigos que defendían una torre. Alejandro fue herido y el perro mantuvo a raya a los enemigos hasta que llegó ayuda, pero ya estaba herido de muerte. Al igual que cuando murió Bucéfalo, su caballo, Alejandro fundó una ciudad con el nombre de su perro.


Aunque las fuentes no son muy seguras, (al parecer un libro escrito en 1822), los arqueólogos descubrieron en las ruinas de Herculano (la ciudad costera que junto con Pompeya quedó destruida por el Vesubio), los restos de un perro conservado por la ceniza con una historia muy peculiar. Al parecer se pudo identificar un collar en el que se podía leer algo como: "Delta, que ha salvado la vida de su dueño en 3 ocasiones". Es decir, el nombre de un perro que había salvado a su amo tres veces. Lo bonito de la historia es que debajo del cadáver del perro encontraron el de un niño de entre 10-12 años de edad, lo que hace pensar que al final de su vida, Delta intentó salvar por cuarta vez a su amo.

Si damos un pequeño salto en el tiempo nos encontramos con el inicio de la leyenda de Black Shuck. Al parecer este era el perro de Olaf el Valiente, vikingo sanguinario... como todos los vikingos. En una de sus incursiones por las costas inglesas, el perro quedó abandonado por accidente y desde entonces se ha creado la leyenda de que su fantasma vaga por las costas ladrando y aullando, llamando a su amo en lastimeros tonos. Según el folklore de cada zona, hay quien lo ha visto sin cabeza, acompañando a jovenes damiselas para protegerlas en el camino a casa, etc. Sin duda tuvo que influir bastante en cuentos como los de el perro de los Basquerville, de A. Conan Doyle.



Otro perro cuyo nombre ha llegado hasta nosotros es Becerrillo.
Becerrillo fue adiestrado en la Isla de La Española, que por aquel entonces era un enclave geográfico bajo dominio español en el que los perros de presa tradicionales españoles, los alanos, se entrenaban con fines militares. En el año 1511, Becerrillo abandonaría la Isla de La Española para dirigirse a la Isla de San Juan junto con su amo Sancho de Aragón, aunque cierto es que algunos cronistas también lo han relacionado con el conquistador Diego de Salazar.Tenía dicho perrazo la dudosa habilidad de distinguir entre indios aliados o enemigos. Cuando lo soltaban entre grupos de indígenas cogía con su boca el brazo del rebelde, sin equivocarse y tiraba de él para capturarlo. Ni decir que el que se restía, moría.


....." de grande entedimiento e denuedo porque entre doscientos indios sacaba uno que fuese huido de los cristianos e le asía por un brazo e lo constreñía a se venir con él e lo traía al real e si se ponía en resistencia lo hacía pedazos..."



Se cuenta que un día, el capitán Diego de Salazar pretendió mofarse de una anciana indígena y divertir a los soldados. Le entregó un mensaje para que lo llevara a varias leguas de distancia y cuando la anciana se encontró todavía cerca lanzó a Becerrillo contra ella. La mujer al ver a esa fiera infernal avalanzarse contra ella se sentó y levantando el mensaje le dijo en su lengua; " Señor perro no me haga mal que llevo un mensaje para los cristianos". El perro se detuvo, olisqueó a la anciana, la lamió y se dio media vuelta. Curioso que la postura que adoptó la anciana muerta de miedo fue la típica de sumisión entre los perros, lo que la salvó y dió la impresión a los cristianos de que habían presenciado un milagro.
Así lo cuentan las fuentes:
.." acordó el capitán Diego de Salazar de echar al perro una india vieja de las prisioneras que alli se habían tomado; e púsole una carta en la mano a la vieja, e díjole el capitán: "Arida, ve, lleva esta carta al gobernador, que está en Ayrnaco, que era una legua pequeña de allí; e decíale esto para que así como la vieja se partiese y fuese salida de entre la gente, soltasen el perro tras ella. E como fue desviada poco más de un tiro de piedra, así se hizo, y ella iba muy alegre, porque pensaba que por llevar la carta, la libertaban; mas, soltado el perro, luego la alcanzó, y como la mujer le vido ir tan denodado para ella, asentóse en tierra y en su lengua comenzó a hablar, y decíale: "señor perro, yo voy a llevar esta carta al señor gobernador", e mostrábale la carta o papel cogido, e decíale: " no me hagas mal, perro señor". Y de hecho, el peror se paró como la oyó hablar, e muy manso se llegó a ella e alzó una pierna e la meó, como los perros suelen hacer en una esquina o cuando quieren orinar, sin le hacer ningún mal. Lo cual los cristianos tuvieron por cosa de misterio, según el perro era fiero e denodado; y así el capitán, vista la clemencia que el perro había usado, mandóle atar e llamaron a la pobre india, e tornáse para los cristianos espantada pensando que la habían enviado a llamar con el perro, y temblando de miedo se sentó, y desde a un poco llegó el gobernador Juan Ponce; e sabido el caso, no quiso ser menos piadoso con la india de lo que había sido el perro, y mnadóla dejar libremente y que se fuese donde quisiese, y así lo fizo."

Como consecuencia de todas la cualidades que poseía Becerrillo, este recibía doble ración de comida (que en más de una ocasión era mejor que la de los propios infantes) y un sueldo por los servicios prestados a su Patria. Concretamente, el salario que ganaba era el equivalente al de un ballestero
Murió por fin Becerrillo por una flecha envenenada y los españoles mantuvieron su muerte y el lugar donde lo enterraron en secreto para así seguir manteniendo la fama y el terror entre los indígenas.
Uno de sus hijos, "Leoncico", acompañó a Núñez de Balboa en su periplo hacia el océano Pacífico. En uno de los encuentros con los nativos, los soldados españoles después de la descarga de fusilería soltaron a los perros. Murieron 600 nativos y el descabezamiento del cacique se le atribuyó a Leoncico.

El gran libertador Simón Bolivar tuvo un perro, NEVADO, que le siguió por todos los países y batallas en las que intervino. Era un perro enorme, descendiente de Mastines del pirineo. El encargado de cuidarlo era un indio llamado Tinjacá, hombre de confianza de Bolivar. El perro y su cuidador murieron el 24 de Junio de 1821 en la batalla de Carabobo. Cuando al final de la batalla dos oficiales avisaron a Bolivar de que algo había ocurrido con el indio y el perro, éste acudió a galope y se encontró a Tijancá moribundo y el perro muerto. Dicen que las últimas palabras del indio fueron; " ahh mi general, que nos han matao el perro".

Mary, la elefanta ahorcada

Ayer fue "ajusticiada" Teresa Lewis. Hacía casi 100 años que en el estado de Virginia, en los EEUU, no se había ejecutado a una mujer. Lo que muy poca gente sabe es que han pasado casi los mismos años desde que se ahorcó a otra femina en el vecino estado de Tennesse, pero de otra especie; una paquiderma.
Mary, de 30 años, era una elefanta de casi 5 toneladas de peso. Durante un tiempo fue la estrella principal del "Sparks World Famous Shows", un circo itinerante de la época. Sus propietarios la anunciaban como el animal más grande del momento además de que su gran atractivo era el poder bailar 25 temas musicales y batear con un bate de béisbol mejor que muchos pitchers.
El 11 de Septiembre de 1916 al pasar por Virginia contrataron a un tal Walter Eldridge para que realizara las tareas de limpieza, lavado y aseo de Mary para los desfiles y espectáculos.

Al día siguiente en el pueblo de Erwin, Tennesse, Mary atacó a su nuevo cuidador causándole la muerte. Las versiones de la época varian bastante, desde los que afirmaron que la elefanta se enfadó al competir con otro de los elefantes por un trozo de sandía y al intermediar el cuidador, golpeándola, lo aplastó, hasta los que dicen que Mary actuó con saña, clavando sus colmillos y lanzando al señor Eldridge contra la multitud. Otros testigos sin embargo afirmaban que posiblemente la total falta de experiencia del nuevo cuidador (fue contratado el día anterior) y el uso indebido de un palo con gancho para conducir a Mary, fue el detonante para que al sentirse agredida por una persona extraña y causarle gran dolor (también se llegó a decir que padecía un absceso en la raíz de los colmillos), respondiera de forma violenta.
La justicia norteamericana siempre ha sido expeditiva y no perdona ni a los animales. Lo que primaba era el interés económico y desde el primer momento se supo que nadie contrataría un espectáculo en el que hubiera un animal asesino.
El calvario para Mary empezó entonces. ¿cómo se podía ajusticiar un elefante?.
Lo primero fueron las armas de fuego. El herrero Cox Hench disparo varias veces pero las balas de de su "32" no hicieron nada en la piel de la elefanta. Lo intentó el sheriff Gallahan con su "45" y tampoco.
Hubo quien propuso la electrocución, pero no había suficiente potencia. Otros recomendaron atarla a dos máquinas que se dirigieran en direcciones opuestas para desmembrarla o bien aplastándola entre ellas. Fue desestimada por cruel.
Por último se decidió ahorcarla. La tarde del día 13 más de 2500 personas asistieron al terrible espectáculo en los ferrocarriles de Clinchfield. Una grúa la izó después de pasarle una cadena por el cuello, pero al poco se partió y Mary dió con sus huesos en el suelo, quebrándose la cadera y quedando inmóvil. Ante el gesto de dolor, parte de la multitud se asustó y corrió a esconderse. Otro asistente le colocó una cadena más gruesa y permaneció de nuevo colgada durante una media hora. Después fue enterrada en una gran fosa.

Poner una inyección letal a una mujer deficiente mental en el siglo XXI, colgar a un elefante por una reacción puntual, instintiva y accidental a principios del siglo XX. Parece que el progreso no avanza a la misma velocidad en todos lados.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

¡ Donde esté una buena corrida....¡

Me resistía a comentar el tema de la abolición de las corridas de toros en Cataluña porque no quería caer en la crítica fácil y simplona de que el tema ha tenido un transfondo altamente político y quien había ganado no han sido los defensores de los animales si no los espúreos intereses de determinados sectores. Pero tras leer las declaraciones de algunos políticos que votaron a favor de la prohibición de las corridas, sobre la intención de proteger determinadas fiestas como los "correbous", no me queda más remedio que plasmar mi opinión (para desahogarme, que no tengo otra intención).
Es una gran desfachatez, un ejercicio de delicado cinismo, una hipocresía y un gran insulto a la inteligencia humana, alegar que las corridas de toros son una vil tortura de un animal y que sin embargo, prenderle fuego a las astas de este mismo animal, ponerle bengalas, empujarle, tirarle de la cola, arrojarlo al agua y multitud de variantes más que podemos ver en las ferias de los pueblos, no es humillarle ni torturarle, es sólo una costumbre ancestral, una parte de nuestra cultura que debemos proteger.
Hay declaraciones sin desperdicio; la Sra Marta Cid de ERC no se corta al decir que los toros no sufren, que es una práctica con fuerte arraigo popular. Curioso, ¿verdad?. A esta Sra. le escandalizan las corridas porque el toro muere y lo humillan, pero ve normal que unos energúmenos prendan bolas de fuego en los cuernos del toro. Ya sabemos todos que es muy cómodo y agradable ir con la testa en llamas, amén de civilizado. Que el límite para prohibir o aprobar estos festejos esté en que el animal muera o no, es un argumento absurdo, simplista y mal intencionado. La CE legisla para que los cerdos no sufran durante el transporte o las gallinas tengan unas jaulas con dimensiones adecuadas que eviten el estrés y estos personajes ven natural y con buenos ojos prácticas como las que muestran las fotografías.


Es que se lo están pasando de locura. Una gozada y una cara de felicidad que no pueden con ella.
¡ qué van a sufrir así ¡ . Se lo están pasando de puta madre.

El portavoz del PP se descuelga con una chorrada todavía mayor; "
Quien no los ha visto puede pensar que es algo escandaloso, pero los toros están acostumbrados: se adaptan a ir de encierro en encierro y es un trabajo como cualquier otro"
¡¡ Claro que sí hombre ¡¡. Ahí tenemos al pobre Torete que todos los domingos se despide de la Sra. vaca;
- " bueno, cariño, me voy a trabajar a la feria. "
- " Ten cuidado que la semana pasada te chamuscaste las pestañas"
- " ¡qué le voy ha hacer, son gajes del oficio", para eso me han criado.


A mi que me lo expliquen porque seguramente soy tan tonto como los politicuchos que nos ha tocado padecer piensan que somos. A que va a ser verdad y le van a dar la razón a quien decía que era una cuestión identitaria y que se habían aprovechado de la iniciativa popular antitaurina.


Por cierto..., supongo que estos grupos abolicionistas y defensores de los animales estarán preparando manifestaciones, declaraciones y documentos de repulsa ante este tipo de fiestas en las que se sigue maltratando a los animales, ¿verdad?.


Soy realista y se que es imposible acabar con ciertas prácticas y el "circo" de los animales. La tauromaquia es intrínseca a la cultura mediterránea desde la edad de bronce. No me escandalizan ni los encierros, los rodeos, el enfrentamiento o la modalidad de requiebro, tanto con caballo como a pie. Tienen su plasticidad y su estética, es innegable. El que se la quiera jugar en igualdad de condiciones allá él. Otra cosa es el uso de objetos hirientes, fuego, cuerdas, etc, que producen heridas, lesiones e indudablemente son causa de estrés, maltrato y sufrimiento físico y psicológico. Negarlo es de incultos. Y en esto España es campeona. Soy totalmente partidario de cualquier forma de expresión cultural y de salvaguardar las tradiciones más antigüas y ancestrales, siempre que estas manifestaciones populares hayan evolucionado acorde con la época en la que vivimos y no supongan ningún tipo de perjuicio ni daño para las personas y/o animales.