Decía Truman que para tener amigos en Washington debías tener un perro. Desde George Washington hasta el señor Obama, no ha habido presidente de los EEUU que no haya disfrutado de como mínimo una mascota en la Casa Blanca. Quizá por nuestra mentalidad no entendemos la importancia que para los americanos tienen la mascotas y hasta qué punto consideran vital la relación que estos muestran. Una mujer estuvo 90 días en prisión por haber registrado de forma fraudulenta a su perro para que pudiese votar en las elecciones y no es la única, hay un movimiento ciudadano para que esto se consiga. Hasta que Obama dio a conocer a su perro BO (en homenaje al cantante Bo Didley), los medios de comunicación estuvieron inquietos y pendientes de la noticia.
Uno de los que llegó a ser más conocido fue Laddie Boy, un airedale terrier que perteneció al presidente Warren G. Harding. Era tan querido por el pueblo americano (el perro, porque el
presidente fue como Clinton, un putero de cuidado) que a su muerte los niños que vendían periódicos por las calles hicieron una colecta de un penique por cabeza para sufragar una estatua de cobre que hoy se puede ver en el museo Smithsoniano. Tenía su propio sillón en el despacho y el día de su cumpleaños recibía multitud de regalos. Las malas lenguas dicen que se sabía cuándo el presidente estaba en el despacho oval refocilando con su consentida amante Nan Britton, porque el perrillo se quedaba fuera en la puerta esperando.
ttish Terrier bastante avispado del que inmediatamente se hicieron eco los medios de comunicación, divulgando sus travesuras y trucos. Asistió a reuniones presidenciales y la MGM realizó una película sobre un típico día en la Casa Blanca, presentando y teniendo como protagonista a Fala. También el ejercito de los EEUU la condecoró por su contribución de un dolar diario al esfuerzo de guerra. No queda claro si la perra hacía la transferencia ella sola o se lo
encargaba a su agente bancario. Se vió envuelta en acusaciones de despilfarro. Veamos, no por esto del dolar, que la perra no se enteraba mucho, nos referimos a Rooselvet. Tuvo que defenderse en el congreso de las acusaciones de los republicanos que decían que el presidente había olvidado a la perra en no se sabe donde y había enviado un destructor de la marina exclusivamente para recogerla. Está enterrada junto a su amo y la estatua de ambos preside el mausoleo.
de nombre Pushinka. Era hija de Strelka, una de las perritas que participó en las primeras investigaciones espaciales. ¿tenía el perro incorporado algún microfono?... La KGB era capaz de eso y mucho más. Kruschev se la regaló después de la crisis de los misiles. El perro de Kennedy, Charlie, pistolero como su amo, se cepilló inmediatamente a la rusita y tuvieron 4 cachorritos a los que le pusieron de mote "Pupniks", juego de palabras entre puppy (cachorro) y Sputnik. 
Clinton castró a su perro Buddy para que no tuviera más sexo. Algo
Freudiano (y caradura) resulta el caso, verdad?. Dicen que al día siguiente el perro se hizo republicano. También tuvo un gato llamado Socks que al parecer desde el primer instante se llevó muy mal con Buddy, pero....quién coño soporta las gracias de un gato después de castrado.Pobrecillo, Socks tuvo que ser sacrificado a los 18 años (que no está mal para un gato) por haber contraido un cáncer.
George Bush padre tuvo un perrito llamado Millie. Conocido el coeficiente intelectual de la familia Bush no es difícil creer que como ellos afirmaban, Millie era la autora del libro "El libro de Millie", donde cuenta sus años en la Casa Blanca y que le fue dictando a la Sra. Bárbara Bush. El perro de su hijo, (parece una frase sacada del diario de Bin Laden) Barney, muy simpático protagonizando sketchs televisivos sobre la Navidad en la Casa Blanca pero le propinó tal mordisco en la mano al periodista Joe Decker que necesito asistencia médica.
que sus amos. Ni sobornos, ni cohechos, ni flirteos. De hecho poco han trascendido a los medios de comunicación. Aznar tenía tres gatos, Manolo, Margarita y Lucas, supongo igual de simpáticos que su dueño. A su señora Ana Botella parece que le gustan más los perros y no permitió que se llevaran los gatos a casa cuando dejó La Moncloa. Cuestión de pantalones.Para terminar haré referencia a las mascotas de dos políticos archiconocidos del siglo XX, aunque algo diferentes en las formas;
tarían para vengarse de él.


















de 1020 medallas, estampillas de correos y otras identificaciones. Lo curioso también fue que no sólo se limitó al territorio de los EEUU, si no que subió también en barcos de vapor y llegó a conocer Asia y Europa.

Se elaboró el único plan posible que consistió en enviar la medicación en una expedición de trineos tirados por perros especializados. 20 Mushers y 150 perros partieron con las medicinas. Liderando al grupo se encontraba TOGO, un perro ya famoso por su fuerza, velocidad y resistencia. Había ganado diferentes carreras y competiciones y se le encomendó el liderazgo del grupo. Togo llevó la expedición muy cerca de su objetivo a pesar de las condiciones tan adversas, pero poco antes de llegar debido a un desplome de hielo en uno de los ríos que debían cruzar, quedó cojo de una pata. Entonces el mando de la manada se le dió a BALTO, un perro de segunda fila, bastante lento y poco apropiado. Los últimos 80 kilómetros fueron muy penosos y difíciles. El guía se perdió debido a las ventiscas, pero Balto supo orientarse y consiguió 








