martes, 27 de enero de 2009

Reflexiones año nuevo


La vida sigue siendo dura, la crisis pega fuerte y a los veterinarios nos siguen tomando por "el pito del sereno". Nunca mejor dicho, porque al pobre sereno se le llamaba a cualquier hora para que abriera la puerta y al veterinario se le llama a cualquier hora para cualquier tontería o para asuntos que no precisan atención urgente ni de lejos. Que se lo pregunten a mi compañera cuando la llamaron a la 1 de la noche para que hiciera un control de triquina de un jabalí que habían cazado esa tarde. ¿pensaba ese buen señor que el jabalí se iba a ir corriendo y por eso tanta urgencia?, ¿no podía esperar a que se abriera con normalidad a la mañana siguiente?. Para más gloria la peor noche del año en cuanto a lluvia, frío y viento. Y listos los dos veterinarios que rechazaron al señor y lo remitieron a nuestra clínica.
Por cierto, y ya es mala suerte, que fue a la misma compañera que otra madrugada le fue a pedir un fonendoscopio (la persona que normalmente nos hace las reparaciones), porque había llegado a su casa, tenía una pérdida de agua y quería localizarla en la pared con dicho instrumento.
Mucha falta de respeto,poca educación y cultura es lo que hay. En mi modesta opinión, por supuesto.

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