viernes, 6 de noviembre de 2009

El Halloween de los animales


El culto a la muerte es tan antiguo como el ser humano. Es consustancial a su naturaleza desde que adquiere conciencia de que la muerte es parte de su ciclo vital. Desde la prehistoria (existen multitud de restos arqueológicos de perros y otros animales enterrados con sus amos) pasando por todas las civilizaciones de la antigüedad, los animales han formado parte de ritos funerarios o mejor dicho, de los rituales de vida/muerte de los seres humanos. Los animales se enterraban enteros, momificados o bien algunas de sus partes; colmillos, huesos. No nos puede sorprender que en nuestros días existan cementerios de animales, con sus fosas, panteones y lápidas con dedicatorias o cada vez más generalizado, crematorios con servicio de recogida de cenizas en urnas especiales para los animales de compañía. Hasta hace unos años todavía se podían ver algunos animales disecados en casa. Más bien animales de los llamados "exóticos"; pájaros y presas de cetrería. Alguna que otra persona me ha afirmado que tuvo o conoció a alguien que mantuvo a su perro disecado. Hay quien también conserva animales en frascos con formol o como una conocida, el periquito muerto envuelto en bolsas y en una caja de cartón (no se si esperando tiempos mejores, como Walt Disney). Lo que sorprende en esta, nuestra civilizada y avanzada sociedad, es encontrarnos con vestigios del" hombre primitivo", aquellos en los que todavía persisten ciertos rasgos atávicos, si no físicos, si mentales. Porque... ¿cómo si no explicaríamos el hecho de que una persona le corte el cuello a su perro yorkshire (una vez muerto, claro) con un hacha, no sin cierta dificultad como reconocía su esposa, para conservarla sobre la estantería?.

No hay comentarios: